domingo, 24 de noviembre de 2024

Nada por acá

ni un vástago

ni un truco

solo

la vacía

sensación

de no saber

de errar

de buscar alguna confirmación sensible, lenta

que se demore en la velocidad del mundo

que hoy

se aparece

opacamente, aún

antirromántica.

Escribo no para saber

escribo para estar unos ratos

construyendo la paciencia

que es la balsa, si se quiere

ante la ansiedad, la angustia

o como mejor se pueda decir 

de aquello.

Quiero verla

rodearla

amurallarla

para que no inunde a lo demás

la felicidad intocable que se esconde en algún lado que no estoy encontrando

en medio del calor abrasador del mes.


La desolación

la constatación

de flotar

sin deshacerse

la incerteza.


No hamacarse tanto que se salga volando por arriba

y te puedas romper la crisma contra el suelo.


Esos seres de aguas profundas que se clonan a si mismos

pólipos o llevados 

aferrados a una cosa y otra

alimentando agallas

limpiando las casas para hacer suelo

regando las plantas alrededor de los jardines subacuáticos.