Nada por acá
ni un vástago
ni un truco
solo
la vacía
sensación
de no saber
de errar
de buscar alguna confirmación sensible, lenta
que se demore en la velocidad del mundo
que hoy
se aparece
opacamente, aún
antirromántica.
Escribo no para saber
escribo para estar unos ratos
construyendo la paciencia
que es la balsa, si se quiere
ante la ansiedad, la angustia
o como mejor se pueda decir
de aquello.
Quiero verla
rodearla
amurallarla
para que no inunde a lo demás
la felicidad intocable que se esconde en algún lado que no estoy encontrando
en medio del calor abrasador del mes.
La desolación
la constatación
de flotar
sin deshacerse
la incerteza.
No hamacarse tanto que se salga volando por arriba
y te puedas romper la crisma contra el suelo.
Esos seres de aguas profundas que se clonan a si mismos
pólipos o llevados
aferrados a una cosa y otra
alimentando agallas
limpiando las casas para hacer suelo
regando las plantas alrededor de los jardines subacuáticos.