En el lago no se veía una onda
era por debajo que las corrientes agitaban
el asco se transforma en un segundo en lo contrario
en menos de un segundo
el deseo enloquecido
se recubre.
A algunos casi todo les da vergüenza.
Nos habíamos quedado quietas mirándonos largo rato con la ilusión de aferrarnos a nosotras mismas
a esas mismas que habíamos sido amantes
de nosotras mismas, entonces, antes
éramos otras
pero algo también en nosotras éramos las mismas
eso se retorcía y no quería ceder
porque es, se veía hermosa esa vida pasada, ahora
pero ahora
no entonces
y ahora no, tampoco
porque ahora dura muy poco y en seguida
el asco y el amor lo mismo dan
llorarse o reírse de las desgracias y desencantos
lo mismo
dan
es cuestión de perinola.
Perdón, amigo mío
por haberte inventado un laberinto
o un salvavidas
o un ancla o un navío.
Perdón y gracias por hablar un idioma tan extraño que igual te lo agradezco
porque en vos
hay un ofrenda.
No entiendo como hacemos el equilibrio y quizás nunca vea de donde nos agarramos.
Eso
en mi mano, en mi oído, en mi vaso de agua
sostiene la noche.
La fabricación de lo raro
como un hormiguero que diseña su forma en tanto avanza
soy un gusano
un anélido
y vos
y vos
¿qué?
¿Y vos?
Ayer
no pude evitar ver los brazos y las espaldas peludas
no pude evitar
vencer la repugnancia de los olores rancios de las transpiraciones
-me parecían gorilas y las pieles femeninas, arrugadas, vencidas, dulces y tersas-.
Me dijo : dale, que la vida se va
me hizo sonreír
me puso como una hélice en la pelvis y los pies y dale que dale otra vez al ruedo, la pista, el tango canción
me hizo deponer el capricho de elegir a las personas por el olfato
toda-la-vida-en-cualquiera
tiempo corto o largo
ay
ay
ay
ay.
Perdón y gracias, es que no me daba cuenta.