lunes, 5 de diciembre de 2022

 En el lago no se veía una onda

era por debajo que las corrientes agitaban

el asco se transforma en un segundo en lo contrario

en menos de un segundo

el deseo enloquecido

se recubre.

A algunos casi todo les da vergüenza.

Nos habíamos quedado quietas mirándonos largo rato con la ilusión de aferrarnos a nosotras mismas 

 a esas mismas que habíamos sido amantes 

de nosotras mismas, entonces, antes

éramos otras

pero algo también en  nosotras éramos las mismas

eso se retorcía y no quería ceder

porque es, se veía hermosa esa vida pasada, ahora

pero ahora

no entonces

y ahora no, tampoco

porque ahora dura muy poco y en seguida

el asco y el amor lo mismo dan

llorarse o reírse de las desgracias y desencantos

lo mismo

dan

es cuestión de perinola.

Perdón, amigo mío

por haberte inventado un laberinto

o un salvavidas

o un ancla o un navío.

Perdón y gracias por hablar un idioma tan extraño que igual te lo agradezco

porque en vos

hay un ofrenda.

No entiendo como hacemos el equilibrio y quizás nunca vea de donde nos agarramos.

Eso

en mi mano, en mi oído, en mi vaso de agua

sostiene la noche.

La fabricación de lo raro

como un hormiguero que diseña su forma en tanto avanza

soy un gusano

un anélido

y vos

y vos

¿qué?

¿Y vos?

Ayer

no pude evitar ver los brazos y las espaldas peludas

no pude evitar

vencer la repugnancia de los olores rancios de las transpiraciones

-me parecían gorilas y las pieles femeninas, arrugadas, vencidas, dulces y tersas-.

Me dijo : dale, que la vida se va

me hizo sonreír

me puso como una hélice en la pelvis y los pies y dale que dale otra vez al ruedo, la pista, el tango canción

me hizo deponer el capricho de elegir a las personas por el olfato

toda-la-vida-en-cualquiera

tiempo corto o largo

ay

ay 

ay

ay.

Perdón y gracias, es que no me daba cuenta.

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