martes, 2 de abril de 2024

Frente a la luna del espejo

en el centro del óvalo

otro óvalo: su cara

y en lo blanco de sus ojos

las pupilas

y el iris 

y la luz que se filtra y se descompone recortándose de lo oscuro de las ropas que la circundan 

y rebota y viaja 

quién sabe por donde y hacia donde y llega

a producirle una sonrisa porque sí, se reconoce 

incluso

se quiere en ese rato

de una tarde en que la luz de abril es amable

en su justo punto entre calidez y desapego

-caducidad otoñal-

tras las cortinas de voile.

Su imagen viaja, deslucida

envejece.


-Quiero que me arreglen el diente que perdí en la caída de la esquina, me dijo-

pero el odontólogo no quiso 

quizás

evaluó los riesgos de la anestesia

pensé

pero no dije nada.

-No quiero ver mi cara en el espejo- me dijo-

no me reconozco.

Su huella digital ya se estaba borrando

todas maneras de la desmterialización

señales

raras.

Nos dejaban flotando por ahí, en paz y sin 

palabras.

Se quebraba el espejo y reflejaba trozos discontinuos 

se rebotaba la luz para otros ángulos, se iba

-pero eso era un relato-

tratábamos de atrapar bajo alguna forma de la memoria

trozos

lagunas

tenerlos quien sabe

dónde.


Cada hora de sueño borraba

minuciosa 

efectiva

lo vivido.

Era la hora de ser alegre una vez

una mujer liviana, alegre, la vida fácil.

Esa que está en un cuadro

exhibido en los museos más importantes de Europa

había que ir por un túnel muy angosto

-era difícil-.

Sólo

se podía pasar por ahí 

cuando lo dejaba de intentar.


domingo, 31 de marzo de 2024

 No 

siempre

soy

 a veces

ni

estoy

una

palabra

dos

hay

hoy

un

rato

me

vuelven

de 

vuelven

al 

magnífico

desértico

añorado

evidenciado 

mundo

día

tarde 

noche,

éste.

¿Dónde

habré 

de

encontrar

fabricar

aceptar

ansiar

deponer

entonces

quién

me

diga

oiga

hable

silencie?

miércoles, 20 de marzo de 2024

 Es una inundación 

se siente que esto no va, hay que esperar 

me pondré a leer y tomar champagne.

Se murió mi analista

estoy perdida 

lo extraño mucho:

el café posterior 

la vida revisitada en Coronel Diaz y Santa Fe

yo la nueva

yo la anterior 

yo la que vendrá 

todas enredadas. 

Pero la luz, los árboles,  el falso y verdadero otoño,  el resto de esa Buenas Aires que sí 

-todo su fake, esplendoroso-.

Lloro ahí, muchas veces,

el piso de madera tenía un huevo

me mareaba al subir y bajar del diván 

nunca pude

tocar el timbre correcto.

Sus bromas

su voz de timbres graves y tan amables y urgentes 

la piedad cruel que se le notaba. 

El samurai  que sabía que uno era una cosa deshechada

una mierda y ya

que cuando entrabas ahí tu vergüenza y tu máscara doliente 

tu versión siempre un poco estúpida de las cosas se transformaba en otra

otra

otra

cosa.

La garganta testigo y sí 

no sos lo que creías

no sos lo que decías no sos tu buena

alumna

y sí 

y sos tan  solo

tan sola.


Ahora que ya no puedo ir, porque no estás ahi

se me ocurrió leer todos tus libros

voy a aprovechar lo que aún tengo de inteleccion y capacidad mental

para intentar hablar-me con los textos

para intentar lo que intentaste. 

Así

de ambiciosa soy

así de delirante mi proyecto pues aún lo creo posible

al menos 

voy a tratar de usar esta cosa a lo judía errante un poco dis lo ca da que, la verdad, es una suerte, me haya tocado.

viernes, 15 de marzo de 2024

 En un pasillo de un castillo ridículo hecho en cualquier parte

esos que ves a la vera del camino

se escuchan las voces de los Barbazules que se cobraron

de más,  de más con creces

a fuerza de palabrería e insensatez insensible

todo lo que no pueden dar y  son porque no aman.

Son los zombies del fermento

y no es fácil 

quién no lo sabe

un poco menos de yo y yo y yo 

y si y no y no y si.

Qué repugnantes se vuelven,  con la edad, quienes no aman.

Ya es difícil tanta dureza y problema y siempre la pertenencia a la clase social 

una orquídea silvestre y amarilla ama más

y un perro se olvida de la maldad.


Me gustaría olvidarme 

pero me acuerdo.

Como una luz de falso neón titila y me recuerda, es: quien no ama es como la danza de los cadáveres sin gracia.

Tuve que quemar

tuve que correr 

y me compré un paraguas

tuve que callar

tuve que tomar el desvío 

y robar los carteles de las películas 

y el desprecio.

Con la cara cayendo

llegué a la esquina.

Y cantaban grillos, croaban ranas y maldije el sinsabor

y la tontería falsa.

Y pasé por esa puerta.

jueves, 7 de marzo de 2024

Un cuento recuento

la voltereta de pies livianitos

una casa donde la luz se filtra

una patineta

y ya

domingo, 3 de marzo de 2024

Demasiado parecida tu indistinción

amaba

ahora me toca

amar lo extraño.

Como un perro lobo que le aúlla a la Luna, como la princesa Mononoke que se trepa a los muros sobre el lomo de su enorme animal blanco y peludo, 

magníficos

ambos.

Se acumulan como en una cordillera de palabras, piedras áridas

más allá de toda posibilidad de sintaxis paralela y narrativa

en las almas famélicas

mis lágrimas por la ausencia irremediable de tus maneras, el grano de la voz, las manos gruesas

quedan pulverizadas en los rincones, y el olor a madera

entre las costillas aéreas,entre las que no entra aire

ni hoy 

ni mañana.

En las penumbras aquellos que quisieron hacer uso de mí ya no me reconocen

y yo los reconozco solo por mi memoria para las fisonomías y los modos de moverse

-por el vicio del ojo de mi profesión-.

Aunque ya quisiera dejar de reconocerlos y olvidarlos, también.

Mi profusión los pone a prueba y no aprueban

y yo me desapruebo

porque ya es hora de probar algo distinto.

Retirar los fueros, echar todo por la borda.

La velocidad de la muerte se lleva tantas palabras por decir pero trae

de cualquier parte

de libros, de ecos, de canciones y de zambas al piano

todas otras que no se suponía

estaba lista para oír.

El tiempo retrocede y no

el tiempo avanza y no

se enrollan las cosas unas sobre otras

maldigo mi ambición

bendigo mi ambición

bendigo mis recursos

y todo se da vuelta como una media.

¡¿Y si en vez de lo que me pareció entender, entendí lo contrario?!

¡¿Y si en vez del satélite paso a ser el planeta?!

Bendigo la tonta tontería y el esfuerzo de quien me hace reír

en el momento

menos

pensado.

Quédese quien quiera con su censura mortecina sobre 

quien sea, que le quede cerca así puede blandir tranquilo todos los índices acusadores que le plazca

o que no pueda dejar de blandir 

yo me voy.

jueves, 29 de febrero de 2024

Soñé que te casabas: ¿con quién?¿Una mujer de rulos?

¿Llevabas un traje de terciopelo turquesa en medio del invierno?

¿Había nieve como un sinfín sobre el que se recortaban todas las siluetas de los cuerpos?

Había lentejuelas desperdigadas, plateadas y grandes como pétalos

livianas, desparramadas y en tropel

por un desvío casual flotaban  y no terminaban de caer

te hacían sentir que éramos amigos- sí, por una vez, auténticos amigos-.

Cuánto lo siento.

Salías de tu silencio y yo, salía del mío. Podíamos conversar.

El silencio es una casa demasiado acogedora.

Tanto que a veces puede enloquecer en sus poltronas.


Como los reyes, hay, 

quienes retienen 

su divina presencia

su divina reverencia

su divina condescendencia

su divina concupiscencia.

Se agarran con fuerza de esas maderas de balsa en el océano.

Son como los diques de las reglas de cortesía y la diplomacia

justo

lo contrario

del amor cortés.

Justo

como en un continente de nieve.


Me desperté

pensando en 

si ya estaría terminado aquel libro y quise preguntarte, quise leerlo 

aunque quizás ese libro no estuviera escrito

era extraño porque me parecía leer los títulos de sus capítulos y eran todos tan interesantes como tediosos

pero

hay que tener paciencia con el tedio

no se puede andar todo el tiempo en un burunbundún de diversiones.


Te mandé un mensaje. Fiel a tu estilo, te sumergiste como una ballena que se encuentra en otro océano

quise escribirte, preguntarte

pero seguías sin cruzar el muro, en la vigilia.

Ese muro hace pensar que no nacimos o que ya nacimos y ya morimos

todas las palabrerías del mundo se agolpan, en ese muro

son piedras y argamasas arcaicas las que están en la base y novísimas las de arriba.

Ese muro no deja ni un solo día de ser acrecentado por miles de obreros, esclavos y operarios que desconocen la finalidad de su obrar.


Tan sólo

una breve interjección casi impronunciable

un aliento veloz podría desmantelarlo.

Exhalada  por una ballena del Pacífico.


Ballena, sirena o tritones alejados. Aeroplanos, cosas viejas y en desuso que no logran volver a girar.

El ruido mecánico y desengrasado

se siente.

Aunque, por momentos, esa forma de los cuerpos aerodinámicos pretende acelerar el paso y sonsacarnos de la mordiente monodia del trácate trácate trácate tra.

sábado, 17 de febrero de 2024

La niña se cautivaba

el cautivo la miraba

un campo extenso de dientes de león o girasoles

serían la alfombra de su trote.

Faltaban los caballos

las tenues nieblas del invierno, aún.

Pero el sol ya teñía de violáceo el cielo y el cansancio del celeste había huido.

Faltaban todavía los zapatos y la elucubración del.miedo.

Lo demás ya estaba dado.

miércoles, 31 de enero de 2024

 De luz un paso, dos

azul, naranja,  desértica de frío 

de sol quemante

abreviando 

lo que no es.

Caminar con los pies descalzos en el pasto que se va secando.

Así, así.

Un vaso de agua y unas frutillas

un racimo de uvas y un bastón.

viernes, 12 de enero de 2024

Conversábamos

un libro

una película

los capitostes del psicoanálisis.

Una copa de vino

una receta de cocina

prender un fuego

cada una de esas cosas se desgranaba en la tarde y luego

seguía y se ondulaba en otras líneas

por mensajes. 

Así fuimos hilvanando un tejido consistente que se ondeaba según los vientos y resistía y se adecuaba

a babor o a estribor.

Eran mensajes del alma

eran los códigos morse

eran la adivinación de lo incipiente

eran puentes, vástagos, cruces.

Eran la sustancia misma del tiempo 

que se encriptaba

que se encrespaba

pero distraídos como estábamos

no lo supimos.