miércoles, 20 de marzo de 2024

 Es una inundación 

se siente que esto no va, hay que esperar 

me pondré a leer y tomar champagne.

Se murió mi analista

estoy perdida 

lo extraño mucho:

el café posterior 

la vida revisitada en Coronel Diaz y Santa Fe

yo la nueva

yo la anterior 

yo la que vendrá 

todas enredadas. 

Pero la luz, los árboles,  el falso y verdadero otoño,  el resto de esa Buenas Aires que sí 

-todo su fake, esplendoroso-.

Lloro ahí, muchas veces,

el piso de madera tenía un huevo

me mareaba al subir y bajar del diván 

nunca pude

tocar el timbre correcto.

Sus bromas

su voz de timbres graves y tan amables y urgentes 

la piedad cruel que se le notaba. 

El samurai  que sabía que uno era una cosa deshechada

una mierda y ya

que cuando entrabas ahí tu vergüenza y tu máscara doliente 

tu versión siempre un poco estúpida de las cosas se transformaba en otra

otra

otra

cosa.

La garganta testigo y sí 

no sos lo que creías

no sos lo que decías no sos tu buena

alumna

y sí 

y sos tan  solo

tan sola.


Ahora que ya no puedo ir, porque no estás ahi

se me ocurrió leer todos tus libros

voy a aprovechar lo que aún tengo de inteleccion y capacidad mental

para intentar hablar-me con los textos

para intentar lo que intentaste. 

Así

de ambiciosa soy

así de delirante mi proyecto pues aún lo creo posible

al menos 

voy a tratar de usar esta cosa a lo judía errante un poco dis lo ca da que, la verdad, es una suerte, me haya tocado.

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