Vibra blando en el tórax
baja lenta y con curvas un aire tibio llenado
se agolpa un resto de dolor en la garganta
mis brazos ya no hachan, no fragmentan lo duro de la madera.
Leo que murió el Unabomber .
Las discusiones, las conversaciones y los brindis que se han replegado vuelven por un instante cuando camino
y paso por la puerta de la librería en la que trabajó mi ex esposo.
Estoy reconstituyendo un cuerpo que tuve antes de tener un cuerpo
antes de tener un cuerpo
antes de tener un cuerpo
antes de esofagarme en un vientre y una boca que hoy, aún, veo.
Sus manos y las mías se duelen de todo pero andan, haciendo cosas.
Cosas como palabras
como mantas de crochet
como mantras y caricias para abedules quebradizos.