No se puede
re encantar al desangelado día, año, vida
devolver ese brillo
ese manto azul
morado
verde
que antes, a veces, parecían portar cosas
que veía
que parecían
envolver el frío inicial
algunas
tenían brillo, más resonancia,
era un manto sirénico
hipnótico
escamoso y plateado
hermoso, pero ahora
se me fue y no vuelve.
No volverá.
Al que aman no lo aman
su deseo te da asco
y tu amor le causa indiferencia
su torpeza se transforma en tu desánimo
y ya ahora muchas
no aguantan-mos más esas cuasi violaciones que se perpetran en esa guerra permanente, aciaga
eterna, interminable
que lleva siglos, milenios
esa horripilante sexualidad que es
la moneda
corriente
porque
no
se quiere
escuchar.
¡No se escucha! No se acepta
se miente
se miente
se miente por tantas razones
se oculta, se soslaya, se solapa, se subsume
que somos
otra
lo otro
la otra
se la odia aplicada
mente
a esa.
Conversamos en la galería, ha comenzado el verano
bebemos la fruta fría de la fruta
miramos en las luces del cielo, el cañaveral allá atrás
en busca de un descanso -breve, al menos-
del desconsuelo.
La vida y la muerte se enlazan en esa sempiterna danza como en un enredo de plantas
y todo
por haberlas visto posadas en un
pedestal.