domingo, 27 de noviembre de 2022

 No se puede

re encantar al desangelado día, año, vida

devolver ese brillo

ese manto azul

morado

verde

que antes, a veces, parecían portar cosas

que veía

que parecían

envolver el frío inicial

algunas

tenían brillo, más resonancia, 

era un manto sirénico

hipnótico

escamoso y plateado

hermoso, pero ahora

se me fue y no vuelve.

No volverá.


Al que aman no lo aman

su deseo te da asco

y tu amor le causa indiferencia

su torpeza se transforma en tu desánimo

y ya ahora muchas

no aguantan-mos más  esas cuasi violaciones que se perpetran en esa guerra permanente, aciaga

eterna, interminable

que lleva siglos, milenios

esa horripilante sexualidad que es

la moneda

corriente

porque

no 

se quiere

escuchar.

¡No se escucha! No se acepta

se miente

se miente

se miente por tantas razones

se oculta, se soslaya, se solapa, se subsume

que somos

otra

lo otro

la otra

se la odia aplicada

mente

a esa.


Conversamos en la galería, ha comenzado el verano

bebemos la fruta fría de la fruta

miramos en las luces del cielo, el cañaveral allá atrás

en busca de un descanso -breve, al menos-

del desconsuelo.

La vida y la muerte se enlazan en esa sempiterna danza como en un enredo de plantas

y todo

por haberlas visto posadas en un 

pedestal.



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