Un dedo entre los dientes
de abajo y de arriba, sin apretar
y un lazo entre lo ido del desamor y la pelea
ahora veo
con los ojos entrecerrados como un buda
o kung fu panda
a mis padres.
Nunca se desenlazaron
se desenfadaron
quizás se perdonaron
por eso no
se divorciaron subidos siempre al cuadrilátero.
Ella fue mas sabia y dimitió
él
a la manera de los hombres
pensaría en su orgullo destronado
irrecuperables
las cosas que son, no son pero porque no nos danos cuenta de casi nada
mirando el piso llueve sobre nuestras cabezas
trepando al Kilimanjaro se nos caen
las tazas de té.