viernes, 12 de enero de 2024

Conversábamos

un libro

una película

los capitostes del psicoanálisis.

Una copa de vino

una receta de cocina

prender un fuego

cada una de esas cosas se desgranaba en la tarde y luego

seguía y se ondulaba en otras líneas

por mensajes. 

Así fuimos hilvanando un tejido consistente que se ondeaba según los vientos y resistía y se adecuaba

a babor o a estribor.

Eran mensajes del alma

eran los códigos morse

eran la adivinación de lo incipiente

eran puentes, vástagos, cruces.

Eran la sustancia misma del tiempo 

que se encriptaba

que se encrespaba

pero distraídos como estábamos

no lo supimos.

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