Una capa
dos
la vida geológica de los afectos.
Puedo entender la fatiga
incluso las ganas de irse de este mundo pero por cansancio, por saturación de intentar organizar un cuerpo que no
que se enferma, lesiona, desvanece a cada rato.
-Esa fue una de las frases más impactantes de mi analista que poco después se fue de este mundo-.
Quizás por eso
se extrae algo solo en el acto, en el hacer
en el trajín
del movimiento y la acción
sudar de la mente
porque la mente es un músculo.
El tedio, el cansancio, lo enorme de las labores que el sueño loco de las ideas, razones y cosas elucubra como una voluta interminable en ascenso
sin embargo
a veces
cuando
la luz no te lastima el ojo
el ojo no termina en el lago
el movimiento te habita
el paladar y la sed
gustan
de una cosa rica
se disuelve algo, ahí
se evanesce y
desvanece
impregna
una capita suave
un rocío sutil
como un traje.
Ese traje, que ponés y sacás vos a las cosas y sin saber cómo ni porqué
pero ahora ves
que sos vos quien pone y saca, que eso
está en vos y cuanto mucho
reverbera o no
o te parece que
rever
vera
o
no .
Hay que exprimir de algo, una extracción
un insecto que liba
una luz que rebota
un párpado que se pliega
una sombra móvil.
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