No es bueno venerar
el desastre de la época porque hayamos logrado sobrevivir
supimos, aprendimos
a bordear los agujeros
a construir y componer
recomponer ese pozo ciego y su desastre
-sí-
pero hay que deslindar
distinguir
disociar
con costo de fuerzas vitales, finitas e inconmensurables
lo que
hicimos
luego de la tormenta
de la tormenta misma.
Creer es inevitable
andamos poniendo una cosa y otra, aquí y allá
como para organizarnos
como
la columna vertebral
un edificio
una cosa encima de la otra
frágil y transparente, a fin de cuentas.
¿Y en qué creer
tras el muro oscuro?
¿Dónde ahondar tras la crisis de fe?
¿Cómo nutrir a ese motor que necesita?
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