domingo, 19 de marzo de 2023

Ella

se quedó enalteciendo

su obra

luego de su partida -ya hace décadas de eso, ella era mucho más joven que él, su alumna-

su modo, el de discípula dilecta.

Se vio

en su mirada

como una celebrante post mortem 

-en ese momento no lo supo-

y quizás ahora

tampoco.

Eso

lo decimos nosotros

como esculturas empotradas en los marcos gótico-románicos de alguna catedral

en la que se celebró el desponsorio

de ellos dos

en aquel tiempo.

La centinela, la guardiana, la sacerdotisa de su razón

de su ciencia y su eficiencia

de eso ella, tan posiblemente lúcida, obtiene

obtuvo un grial

sus honorarios y honores, un lugar de capitanía

un rostro agriado

autosuficiencia.

Podemos

imaginarla por las noches en su casa, en el balcón de su departamento con las paredes abarrotadas de libros

hablando con fantasmas.


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